In Memoriam Padre Ivo.


Ayer has sido recibido en la Patria, con tus manos cargadas de frutos.
Tu Patria fue el Padre, tu Patria fue el Hijo, tu Patria el Espíritu.

El Señor te invita a su mesa y el mismo te lava los pies, parte su pan y escancia su vino: Siervo bueno y fiel entra a las moradas que mi Padre preparó para ti desde el inicio del tiempo.

Dejaste muy joven tu tierra europea y llegaste a sembrar a esta tierra chilena, pusiste esperanza en los labios, trajiste pan puro a los débiles y los perseguidos encontraron en ti refugio seguro.

Jesús fue tu única causa y su Cruz tomaste temprano. No hubo apegos distintos al Padre que no hayas conducido a su seno. Dejaste tu voz ondear al Espíritu aunque ello te llevara al desierto.

Hubo quienes vimos en ti al apóstol, otros oyeron tu voz de profeta, fuiste maestro de jóvenes y consuelo en grises momentos. Acompañaste al enfermo, confortaste a la viuda, proclamaste con tu acento entrañable la Justicia del Reinado del Padre. La incomprensión no detuvo tu empeño y la inquina no pudo quebrarte, siempre viste al Hijo en los pobres y leíste las señales del tiempo. El Espíritu sopló donde quiso y tu seguiste su aliento.

Querido Padre Ivo como muchos recibí de ti dones del cielo, aprendí a orar de tu voz frente al mar, tu palabra despertó la fe en mi infancia hoy ya lejana, te vi leer a la orilla del lago y caminar incansable muchos senderos. Hoy nuevamente soy el pobre que agradece el don recibido y a las gracias que pronuncio despacio uno mi oración cariñosa.

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